Un misterioso río de gas que fluye hacia la Vía Láctea

Un río de gas hidrógeno fluye desde las Nubes de Magallanes, la Grande y la Pequeña, dos galaxias enanas ubicadas en las afueras de la Vía Láctea. El contenido de este río, llamado Corriente de Magallanes, ha desconcertado a los astrónomos durante décadas. Pero ahora, por primera vez, un equipo de investigadores ha podido localizar estrellas dentro de las nubes gaseosas de la corriente. El descubrimiento no sólo les ayudará a comprender mejor la evolución de las galaxias que albergan la corriente, sino también la distribución de la materia en la propia Vía Láctea. Esto se hizo utilizando el Telescopio Baade de 6,5 metros del Observatorio Las Campanas en Chile.

Con la ayuda de un detallado mapa de la vía Láctea, creado por el Agencia Espacial Europea con el telescopio espacial Gaia, los investigadores observaron 200 estrellas situadas en los confines más lejanos de nuestra galaxia, en dirección a la Corriente de Magallanes. Analizaron el espectro de luz que emana de esas estrellas y descubrieron que la composición química de 13 sujetos coincidía con la de las Nubes de Magallanes.

Las galaxias vecinas más cercanas a la Vía Láctea -la Pequeña y la Gran Nube de Magallanes- aparecen a la derecha de esta ilustración artística. A medida que estas galaxias se desplazan hacia la derecha, la corriente gaseosa de Magallanes ondea detrás de ellas, entrelazándose y extendiéndose por el cielo austral. La ilustración también muestra las 13 estrellas gigantes rojas descubiertas en la corriente estelar de Magallanes por Chandra et al. (Crédito: Melissa Weiss)

La corriente, descubierta originalmente en la década de 1970, se extiende sobre una región del cielo austral equivalente al tamaño de 300 lunas llenas vistas desde la Tierra. Pero a pesar de su enormidad, se necesita algún equipo sensible para verlo.

Los astrónomos creen que el gas que forma la corriente fue arrancado de las galaxias enanas por la atracción gravitacional de la Vía Láctea. Las nuevas observaciones pueden revelar más sobre la naturaleza de la corriente y ayudar a los científicos que buscan comprender cómo interactúa con nuestra galaxia. Por ahora, dicen los científicos, la corriente parece estar cayendo en la Vía Láctea.

“Con estos resultados y otros similares, esperamos obtener una comprensión mucho mayor de la formación de la Corriente de Magallanes y las Nubes de Magallanes, así como de sus interacciones pasadas y futuras con nuestra galaxia”, dijo Charlie Conroy, profesor de Astronomía en el Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica (CfA), y coautor de la investigación.

A diferencia de la Corriente de Magallanes, las Nubes de Magallanes han sido conocidas por la humanidad desde la antigüedad ya que son claramente visibles a simple vista. Sin embargo, los astrónomos aún tienen muchas preguntas sobre el origen y la historia de estas dos galaxias.

“La belleza de tener una vasta corriente estelar como la Corriente de Magallanes es que ahora podemos realizar muchas investigaciones astrofísicas con ella”, dijo Vedant Chandra, estudiante de doctorado en astronomía y astrofísica del CfA y autor principal del estudio. “A medida que nuestro estudio espectroscópico continúa y encontramos más estrellas, estamos emocionados de ver qué otras sorpresas nos deparan las afueras galácticas”.

Los científicos creen que, cuando el gas hidrógeno de la corriente cae a la Vía Láctea, se crean las condiciones adecuadas para la formación de estrellas. Al analizar los datos, los investigadores también descubrieron que la corriente es aproximadamente dos veces más masiva de lo que pensaban, lo que significa que la Vía Láctea debe estar devorando mucho más gas de lo que habían sugerido los cálculos anteriores.

“La Corriente de Magallanes es la fuente dominante de calorías estelares para la Vía Láctea: es nuestro desayuno, almuerzo y cena”, dijo Ana Bonaca, coautora del estudio y ex becaria postdoctoral en el CfA, ahora científica de los Observatorios Carnegie. “Según las nuevas estimaciones de masa más altas para la Corriente de Magallanes, la Vía Láctea puede terminar pesando más libras de lo que se pensaba inicialmente”.

Al limitar mejor la masa de la corriente y obtener una mejor comprensión de las Nubes de Magallanes, los astrónomos podrán estimar mejor la distribución de masa de toda la Vía Láctea, dijeron los científicos en el comunicado.

“Gran parte de esa masa se encuentra en forma de materia oscura, una sustancia poco conocida que ejerce gravedad”, dijeron los científicos. “Medir mejor la masa de nuestra galaxia en sus distantes zonas interiores ayudará a tener en cuenta la materia ordinaria versus la materia ordinaria. materia oscura contenidos, lo que limita las posibles propiedades de este último”.

El estudio fue publicado en octubre en la revista Astrophysics.

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